Vino de Rebajas
El problema de las rebajas es que cuando vemos que ese vestido tan exclusivo de marca vale un 70% de lo que otros pagaron por tenerlo, pierde su valor. La moda es efímera y cambia cada temporada. Las añadas de los vinos también cambian… pero sólo en la cosecha.
Las tendencias en el mundo del vino también las marcan los varietales, las presentaciones y las zonas. Por ejemplo, en su día fueron los cabernet sauvignon, las presentaciones de escudos o los blancos del Penedés. Los cambios de etiqueta, los nombres más cortos y originales, la búsqueda de un público más joven y femenino. Los coupages más peculiares no se diseñan en una temporada. La sutileza de pasar del merlot al syrah, o de Ribera del Duero a Toro, o de los albariños a la mencía, solo la saben lucir las mejores bodegas.
Aun así, el vino no es tan caduco (sólo el rosado y blanco del año que tienen marcada su vida de una manera muy finita). Por eso, aunque haya crisis, sea la cuesta de enero y hasta la electrónica haga rebajas, nosotros no podemos. ¿Por qué? Porque el trabajo en la viña, las horas en la bodega, el tiempo de crianza, el transporte, el tapón, el márqueting o las catas para los sumilleres, entre otras cosas, tienen sus costes. Y lo más importante: mucho esfuerzo humano.
Otros dirán: “Yes, we can”, siguiendo el furor americano y con la excusa maquiavélica de que el fin justifica los medios. La clientela lo acogerá bien aunque tiene tantas ofertas para comprar estos meses y tan poco presupuesto que dudo que estén por la labor.
Mi pregunta es: ¿qué pasará con la gente del vino? Aquellos distribuidores y tiendas especializadas que compraron el vino a un precio y ven como las bodegas venden más barato por miedo a los excedentes en cualquier sitio. ¿Cómo se sentirán los profesionales con costosas infraestructuras cuando vean los vinos a mitad de precio en Internet? Da un poco de miedo.
Sí, miedo. Miedo a que los clientes piensen que los vinos pasan de moda y que se pueden esperar a las rebajas para comprarlos. El todo por salvar las ventas puede desembocar en el temido pan para hoy y hambre para mañana.
Ofertas en petit comité de vino para la buena clientela, sí. Pero los saldos, mejor vestirlos que beberlos. Los griegos rebajaban el vino poniéndole agua y especias. La naturaleza ya ha hecho su particular rebajada en el 2012 con la sequía que lo ha caracterizado y que hace menguar la cantidad de producción que se embotellará en 2013. Parece que hasta el ciclo de la naturaleza entiende que es tiempo de vacas flacas…
Ahí van algunas propuestas de vinos que, sin estar de rebajas, cuestan menos de 10 euros y valen más de lo que cuestan:
Laderas del Sequé (D. O. Alicante): un vino firmado por el gran enólogo Juan Carlos Lacalle, con una monastrel que tiene un aroma a lavanda que enamora.
Albet i Noya Xarel·lo (D. O. Penedés): un xarel·lo ecológico, sutil y delicado que sienta fenomenal con sushi.
Cabirol de Mas Ramoneda (D. O. Costers del Segre): el vino joven del 2012 está excelente porque hace poco que se ha embotellado y no necesita grandes manjares para hacer de un pica-pica una cena deliciosa.
Vilarnau Brut (D. O. Cava): un cava con la trilogía del Penedès cuyas burbujas nos pueden acompañar desde el aperitivo hasta los quesos.
Dinastía Vivanco Crianza (D. O. C. Rioja): el vino tradicional de la Rioja Alta, con una acidez que nos ayuda a digerir y una sabia utilización de la barrica.

