Sidra de hielo Llagares Valverán
0.375 L.
14 euros
La manzana, la fruta más preciada del Paraíso, se ha convertido en ambrosía en Asturias. Inspirada en las sidras de hielo de Canadá (ice-ciders) se recogen como los vinos de hielo, cuando la fruta está congelada. José Masaveu, a través del su creencia en la tierra, consigue deificar la sidra haciendo un producto de culto. Experimentando con la osmosis y otros secretos para que nuestra copa, como si del grial se tratara, se llene de luz, densidad y calidad. Es como beber la manzana perfecta multiplicando su sabor por mil. Para santificar cada botella se utilizan más de 30 manzanas autóctonas. Doce meses en barrica para que los aromas a manzana no se queden en el limbo y recuerden a la piel del melocotón de viña. La barrica ya usada que le da profundidad aromática y es equiparable a los grandes vinos de botrytis. La acidez málica no es en este caso ningún pecado y combinada con quesos asturianos puede hacer llegar al nirvana. El árbol de Mircea Elíade podría ser una viña, pero el árbol del bien y del mal, en nuestra cultura es siempre un manzano. Este vino hace caer en la tentación y te abre las puertas del cielo. La sidra ya está en el Olimpo de las bebidas de autor.
Meritxell Falgueras