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NINGÚN MAL TRAGO

Acertar la elección del vino no sólo nos puede alegrar el paladar sino que nos puede garantizar el éxito de un encuentro. Se cree que sólo es importante combinar el vino con la comida, y a veces, priman las situaciones. Giacomo Casanova, el gran conquistador, pedía el vino dependiendo con quien lo compartía. El secreto de los buenos maridajes es armonizar el vino con el contexto y hacer que su “bouquet” inspire una atmósfera especial

– Un vino para seducir
En una mesa para dos triunfa uno con cierta crianza. El vino, igual que los comensales, se va “abriendo”; es decir, va mostrando su intensidad aromática a medida que lo hacemos girar en la copa. Mientras, la conversación se vuelve más profunda y los sentidos más receptivos.
Imprescindible: una cena larga y un par de velas que les den el toque mágico al elixir
A tener en cuenta: deja un poco de vino en la copa para después de la cena, así el último sabor que te quedará es el del vino.
Ventajas: eligiendo un buen vino, tal vez obtienes un delicioso café con leche la mañana siguiente en compañía.
Vino: Honoris de Valdubón 2003. D.O. Ribera del Duero. Cereza picota intenso. Aromas a frutos rojos maduros con fondo de cuero. Temperatura de servicio:16 grados. 29 euros

– Un vino para tomar mientras esperas…
En una terrazita de verano, debemos tomarnos un vino que fácilmente lo podamos tomar a copas y bien fresquito.
Imprescindible: el vino como aperitivo es tiene mucho más glamour que una cerveza.
A tener en cuenta: debe ser un vino delicado porque estamos con el estómago vacío.
Ventajas: con su fragancia no te sentirás sola.
Vino: Viña Esmeralda 2006. Oro nuevo brillante. Aromas a moscatel y rosa. Entrada dulce y post-gusto seco. Temperatura de 9 grados. 8 euros

– Un vino para estrenar vestido
Estrenar algo te hace sentir más atractiva y esto bien merece una fiesta. ¡Así que vamos a brindar con un espumoso! Puedes hacer el maridaje con tu perfume: Veuve Cliquot tiene un Champagne Vintage que al igual que Very Irrésistible de Givenchy « Chateauneuf de Grasse 2006» son de añada. Para oler y beber rosas. Algo exclusivo y de edición limitada.
Imprescindible: coge siempre la copa por la base para que no se caliente el champagne.
A tener en cuenta: es muy fácil para combinar con todo tipo de comida y sobretodo como aperitivo.
Ventajas: dicen que el champagne embellece a las mujeres que lo toman… ¡O tal vez lo dijo alguien después de haber bebido demasiado Champagne!
Vino: Veuve Cliquot Rosé 2002. Rosado pálido. Aromas a fresas silvestre y en boca cítrico. Carbónico cremoso y persistente. Temperatura de 9 grados. 55 euros

– Un vino para sorprender
Este vino sorprendrenderá a cualquiera de nuestros invitados. Los que no les gusta el vino apreciaran sus aromas frutales y los que saben mucho lo reconocerán como un frizzante italiano. Apetece a cualquier hora del día.
Imprescindible: si hay virutas de foie, bombones o música soul tienes el maridaje perfecto.
A tener en cuenta: sólo tiene 5’5% grados de alcohol.
Ventajas: no tires la botella vacía, con su corte estilizado la puedes utilizar como jarrón o candelabro.
Vino: Moscato d’Asti Ochoa 2006. Pajizo con notas alimonadas. Burbuja menuda que exalta los aromas a piel de cítricos y albaricoque. Boca fresca y ligeramente dulce. A servir sobre los 6grados.10 euros

– Un vino para tomar entre amigas
No es que a las mujeres sólo les guste el vino blanco porque dicen que son más suaves y dulzones. Los vinos no son ni femeninos ni masculinos; no dependen del sexo, sino de situaciones y de gustos.
Imprescindible: combínalo con los entrantes y primeros platos.
A tener en cuenta: es un vino que entre risas y chismes pasa muy bien… ¡y no es agua precisamente!
Ventajas: La variedad gewürztraminer producen vinos florales que hacen que esa copa parezca un jardín.
Vino: Viñas del Vero Gewürztraminer 2006. Amarillo pajizo de reflejos verdosos. Aroma intenso de rosas y de frutos exóticos (mango, pomelo). Temperatura de 10 grados. 8 euros

– Un vino para hacer las paces
Se necesita algo dulce que esconda el amargor de una pelea. Los vinos se relacionan como las personas con la comida: por similitud o contraste. A veces tus relaciones dependen de las afinidades de carácter. Otras la atracción nace de la diferencias de personalidad.
Imprescindible: Los vinos de la uva pedro ximénez casan a la perfección por su dulzor con los postres.
A tener en cuenta: Pero si quieres hacer un maridaje de contraste pruébalo con un queso azul…
Ventajas: Es un vino que acompaña una dulce conversación y que también puedes tomártelo sólo después de una comida
Vino: Alvear Solera Pedro Ximénez. D.O. Montilla-Moriles. Color caoba con lágrima lenta. Olores a pasas y frutos secos. Boca dulze y envolvente. A servir a unos 10 grados. 7 euros

Meritxell Falgueras

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