MEDIA DOCENA DE ROBOS Y UN PAR DE MENTIRAS
MERCEDES ABAD, EDITORIAL ALFAGUARA
Sí, el arte es una imitación del arte. En pintura todo es más lícito, mirad cómo Picasso o Dalí bromean sobre la autoría y hacen versiones de los clásicos. El nuevo libro de cuentos de Mercedes Abad es una meditación sobre la autoría y el plagio. Una escritora que descubrí por las páginas eróticas y gastronómicas de Ligeros Libertinajes sabáticos. Después la conocí en la sección “Dones desesperades” con Oriol Soler en COM ràdio y, junto a Mónica López (periodista tecnológica) seguimos haciendo el programa pero subido de tono y sólo con las tres amigas como oyentes.
El vecino de abajo es la novela que yo hubiera escrito a lo Pierre Menard (el autor del Quijote según Barthes) y al leerlo siempre sueño en que lo he escrito yo. Aunque lo que más me apasiona como lectora y lo que como “escritora” más envidio es la capacidad de sintetizar un mundo en el formato cuento. La Abad, ya lo conseguía en Amigos y fantasmas, pero en esta última cosecha el pacto con el lector es más gamberro porque es su cómplice: sabe que no son suyos. ¿Quién no tiene una tía Angelina que puede amargar el más paradisíaco marco?, ¿quién no ha visto nunca la tienda vacía con los dos dependientes que nunca ríen? Con sus apropiaciones indebidas tenemos el doble espejo deformado de la realidad. Primero la historia de cómo y de quién es el relato que se va a contar y después el cuento en sí. Un festival de motivos, sentimientos y realidades posibles que se entrelazan y se contrastan con ese dominio del lenguaje, de las emociones y del provocar de la galardonada en 1986 con el Premio de La Sonrisa Vertical. El próximo paso es, apuntarse a uno de sus cursos en la ciudad condal sobre literatura erótica. Mercedes, tus letras son como un Priorato, con el volumen del alcohol, con la astringencia sabia de un tanino maduro y con un post-gusto largo que te obliga a pensar, a recordar, y cómo no, a repetir.