La quinta essència dels llops
Destilado de vino
40 euros
42%
René Barbier es el Baco de la viticultura catalana, la sonrisa del terroir, la deidad del Priorato, la honestidad de la enología, la ilusión de la tradición. Padre de una familia de vinos (Laurona, Venus, Clos Mogador, entre otros) sintetiza su espíritu de la mano de Philippe Gerareent, maestro destilador. Como había siempre hecho con su hermano, que la vida lo arrancó de su lado, y al que en su honor, vuelve a hacer bebidas de alta graduación. Al moverlo transparente, la sensación es de oler un vino de una fina delicadeza, de flores blancas y presumidas, de uva fresca con un tímido fondo mineral. Esta quinta esencia viene de las madres de sus hijos, y es la trilogía del “Destil·lat de vi” y del destilado de las uvas que iban Clos Mogador, todas con simpáticas etiquetas como la de la caperucita y el lobo, diseñadas por su mujer. En boca no es dulce, es agradable, untuoso donde el alcohol no pesa, y se llena de aromas retronasales. La quinta esencia era el elemento intangible, el que hermanaba a los otros cuatro; a la tierra (las terrazas la licorella), el agua (el estrés de la viña), el fuego (la insolación tarraconense) y el viento (el soplo de la creación). Esta energía invisible, diluida, nunca desaparece, se transforma. Por ello la verdadera naturaleza del vino, lo más característico, es lo que es invariable, como el amor fraternal, la autenticidad del origen común que luego cambia de bouquet según la elaboración, según la vida. Y la quinta esencia, se dice, es el ingrediente principal del cosmos.
Meritxell Falgueras