Juegos divinos
Sabemos lo que nos gusta y lo que no en el mundo del vino, pero muchas veces nos gustaría ponernos a prueba con los amigos y sin movernos de casa. En momentos de crisis el ingenio se agudiza. Aprender sin teoría, sólo con práctica. Juguemos con el vino. ¿Quién no se atreve?
Una botella son ocho copas (más o menos), podemos llamar a unos cuantos compañeros sensoriales para compartir nuestras inquietudes y los precios de los vinos. ¿Cuál es ese vino que tanto nos gustaría probar pero que nos resulta un pelín caro para disfrutarlo a solas? Ahora ya no tenemos excusa, con un grupo de cata podemos hacer degustaciones verticales (diferentes añadas del mismo vino) para poder ver como varía el vino dependiendo la noción añada y cómo el vino afina sus aromas en el envejecimiento en botella. ¿Quién no ha soñado en hacer una degustación de diferentes años de Vega Sicilia? Depende de los bolsillos será Valbuena o Único pero a cuántos seáis a repartir más económico saldrá. La cata horizontal, sería coger una añada concreta y probar diferentes zonas para ver cómo la naturaleza dota en las diversas denominaciones de origen nuevos sabores. Por ejemplo, se podría comprobar cómo han evolucionado algunos vinos del 2003, añada muy calurosa en España y en el resto de Europa.
Más divertido es tapar las botellas y hacer la degustación a ciegas. Cómo una cita a ciegas sólo ponemos un titular. Por ejemplo, “tintos de España”. Y podemos dar las pistas de las variedades (tempranillo, mencía, monastrell) de las distintas zonas (Ribera, Rioja, Bierzo, Alicante) pero adivinando cuál es cuál. Quién gane se merecerá un premio ¿Qué tal una botella de vino?
Para los que empiezan y desconfían de su intuición al reconocer el tipo de crianza se puede hacer una cata de diferentes vinos con diferentes meses de barrica: desde los vinos del año, hasta los robles, pasando por los crianzas, reservas y gran reservas. Es cuestión de ordenarlos según nuestra pituitaria encuentre más aromas a tostados y especies. También se puede hacer el mismo ejercicio con los cavas que tienen diferentes crianzas dependiendo el tiempo duermen con sus lías. Para los más avanzados, hasta pueden intentar descubrir los vinos que llevan roble americano (más olor a coco y taninos más dulzones) o francés (más vainilla y más respetuoso con los aromas varietales del vino).
¿Cuál es tu variedad preferida? Atrévete a conocerla por todo el mundo: un Cabernet Sauvignon de Australia, otro de la parte izquierda de Burdeos, otro de Chile, uno de España… En blanco, podemos encontrar la variedad chardonnay aclimatada por todo el mundo: Borgoña, Napa Valley, Navarra, etc. ¡Para los amantes del tempranillo, poder observar los matices entre uno de Rioja, la tinta fina de Ribera, el ull de llebre catalán o la tinta de toro es todo un reto! Los profesionales necesitamos examinarnos continuamente y muchos sumilleres seguimos teniendo nuestro grupo de entrenamiento para poder comunicar los matices del vino antes de venderlo. Cómo entenderán en mi familia (todos del mundo del vino) estos son nuestros mejores juegos de mesa.
Meritxell Falgueras para VINOS Y RESTAURANTES
7 Comentarios
Benjamín B.
Sin duda es un ejercicio muy interesante, además de los beneficios de hacerlo en grupo, escribí algo hace algún tiempo, acerca de cómo formar una peña o grupo: http://www.verema.com/articulos/350091-formar-una-pena-de-cata
Saludos
Smiorgan
Y en una cata de chardonnays meter un albariño y pillar al amiguete fantasmón o ver la cara que ponen todos, jaja.
Es una buena idea lo de los grupos de cata, pero siempre da una pereza ponerse a ello….
Saludos.
Meri
Smiorgan, sí a veces da pereza, pero es verdad que es donde más se aprende… yo con mis padres en el Celler de Gelida organizo unos que son master class…
Meri
En breve haré un post sobre ellos y os cuento…
Meri
Benjamín, gracias por tu aportación, te seguireos leyendo…
Smiorgan
Meri, cuando vuelva por BCN me voy a autoinvitar a uno de esos grupos de cata y voy a aparecer de improviso en el Celler, verás tú 🙂
Saludos.
Meri
ok, Smiorgan, nos vemos allí : )