El vino de Benjamin Button
El curioso caso de Benjamin Button es la película en la que Brad Pitt cada vez se hace más joven. Los demás envejecen a su lado, pero él no. El protagonista con los años rejuvenece hasta morir como un bebé. Los vinos que antes envejecían con muchos años de madera y otros más en botella, con colores teja en los ribetes, están teniendo un efecto similar. La microoxigencación tecnológica fija los antocianos (el color de los tintos), armoniza y profundiza la estructura, haciendo que evolucionen con más ritmo. En Ribera y en Toro los vinos presumen de su madurez polifenólica: con un buen ribete púrpura y su particular aroma animal y de frutos rojos computados. La Rioja apuesta porque sus vinos tops no superen el término reserva (igual que sus contraetiquetas de colores según la crianza). La madera es la crianza oxidativa donde se lucha porque los taninos ásperos de la madera no enmascaren la potencialidad del vino. La botella es la segunda parte del envejecimiento y es reductora. Hace una década el mejor regalo era un gran reserva, ahora parece que la tendencia de consumo son vinos con menos madera. Un gran vino se cría en madera y envejece en botella. Pero tal vez porque no tenemos ni paciencia ni espacio en los pisos ya no dejamos envejecer demasiado el vino. Como pasa con algunos Prioratos que aunque digan “vino de aguarda” lo compramos poco después de que salga de la bodega, y nos lo tomamos con los amigos el sábado.
La fruta vuelve a ser la protagonista en el bouquet y se quiere llegar a la esencia, a la variedad. El Bierzo con su mencía, el Empordà con su samsó, Yecla con su monastrell. La tendencia en auge son los vinos fieles a sus orígenes, que no quieren aparentar aquello que no son. Vinos que no necesitan tostados para tener personalidad, pues son chicas preciosas que no necesitan ningún maquillaje para aparentar más edad. Ahora en los clubes más sofisticados dejan entrar vinos de todas las edades. Los blancos buscan la expresividad en las flores, en las notas cítricas. Aunque los vinos blancos, como Cate Blanchett (la actriz heroína del film) pueden ir ganando con la edad. Sobre todo los criados en lías, con una buena base, como las mujeres que mejoran en la madurez. Los que tienen mucho protagonismo de la madera siguiendo el gusto de los chardonnays de Napa, ya están pasados de moda hasta en Estados Unidos. La juventud es un valor en auge, tanto que los rosados se prefieren del hemisferio sud porque se acaban de embotellar en junio y son más frescos que los nuestros embotellados en noviembre. El Beujolais Nouveau siempre ha sido líder en ventas, aunque tenga entre los críticos grandes detractores, hace tiempo que marca la tendencia hacia la juventud del vino. El vino del año goza de un nuevo despertar, porque al ser más económico, entra mejor. De pasar a “el vino envejecido es el mejor” a desear los vinos con más nervio. Parker con su obsesión por las bomb fruits empezó la moda de los vinos donde la fruta no queda enmascarada por la madera, con su dictamen “a los vinos españoles les sobra madera”. Y así hemos hecho. En las notas de cata de “eRobertParker.com” dice que Ausone 2005 (Saint-Emilion con 100 puntos) le da un potencial de envejecimiento del 2030 al 2080. ¿Quién se puede permitir el lujo de esperar tanto? El vino no deja de ser tiempo embotellado y parece que vamos a contrarreloj para que, cómo la película nominada a trece Óscars, el vino sea eternamente joven. Así que podemos decir que también el vino: ¡Juventud, divino tesoro!,
Meritxell Falgueras
PUBLICADO EN LA REVISTA VINOS Y RESTAURANTES
2 Comentarios
S. Carolina
!Qué bonito blog!, un gran descubrimiento para un plácido domingo de julio; mis felicitaciones, lo voy a seguir leyendo; tiene la frescura y la osadía de la juventud.
Meri
Muchas gracias, comentarios como el tuyo me ayudan tanto a seguir comunicando el vino sin miedo a ser original. ¡Un besazo de cariñena!