El Mapa de los sonidos del Vino
EL MAPA DE LOS SONIDOS DEL VINO
Parece que a Mediapro le encanta poner publicidad de bebidas en sus películas. En Vicky Cristina Barcelona veíamos de refilón algún vino de Álvaro Palacios y el camión repartidor de cerveza Damm. En la nueva película de Coixet, sólo vemos Torres, a parte de algún espumoso desdibujado como fondo de pantalla. No sé si es defecto profesional pero hasta podía ver la D.O.: Priorat, Chile, Penedès… En la película El mapa de los sonidos de Tokio, se ve más el vino de lo que lo escuchamos. Es una pena, pues la música del vino es la mejor canción. Dicen que el dios del vino, estaba brindando con todos los sentidos en el Olimpo y que el sentido del oído se sentía un poco marginado: pues el vino tenía hermosas gamas cromáticas, aromas intensos, se podía saborear y recordar su gusto, tenía un tacto aterciopelado y una temperatura ambiente de bodega. Pero los sonidos del vino quedaban ahogados, sumisos a la destreza del sumiller. Así que Dionysos pudo ver como el sentido de la audición se sentaba en una esquina sin disfrutar con los demás las múltiples cualidades organolépticas del vino.
- Tu también eres importante en la degustación- le dijo el Baco griego- el sonido del líquido cuando se desliza en la copa me encanta, podemos sentir la densidad del vino.
- ¿Entonces por qué es de mala educación en un restaurante hacer ruido cuando se abre un espumoso? ¿Y por qué no se me pone como parte de la cata?
El dios de la noche, de lo irracional y de lo creativo pensó en darle un puesto protagonista en el teatro del vino. Lo primero que se haría en toda comida sería brindar con las copas, para homenajear con todos los sentidos al mosto fermentado.Y es este el sonido que da más felicidad y el más utilizado en la publicidad. La publicidad de los alcoholes en la pequeña pantalla nos alude al mito Dionisíaco de lo oculto, de la celebración, de la música, de la seducción. Pues es el mismo mito de donde bebe todo el marketing. Y por suerte en el celuloide últimamente el vino está bien tratado (Entre Copas, Una buena cosecha, Un paseo por la nubes, entre otras) si lo comparamos con los clásicos Días de Vino y de Rosas o La Grande Bouffe. Así que, para los que no les guste ver el vino en sitios que no le toca propiamente, yo me remito a la frase de Madonna: “Mejor que hablen mal de mí, que que no hablen”·
PUBLICADO EN MERCADOS DEL VINO Y LA DISTRIBUCIÓN
4 Comentarios
goyo
Los sonidos del vino, se necesita atención y un momento adecuado para percibirlos. Por ejemplo, cuando se sirve un vino por primera vez para empezar una cata, pasa en ocasiones que todo el mundo guarda silencio, percibiéndose el sutil sonido del líquido mientras es recogido por el cristal de las copas. Más prolongado es el que acompaña la hipnótica visión del vino deslizándose por el cuello de un decantador antes de caer, casi estruendosamente, dentro del amplio estómago del recipiente. Más personal es el que cada uno escucha para si durante un trago largo, justo después de que el vino haya inundado nuestra boca y mientras pasa agradablemente a través de nuestra garganta, ese instante en que nuestros oídos perciben lo que nadie más oye.
Meri
Goyo, muy bonito, pura poesía. Gracias por este comentario tan inspirador. Me encantan los sonidos que nadie más que nosotros puede escuchar. Te envío uno de esos! mua!