EL ARTE DEL BUEN ENVEJECER DEL VINO en 8 pasos
- Nos tenemos que quitar de la cabeza la afirmación “el vino cuanto más viejo, más bueno”. El vino tiene su momento de consumo depende del tipo de vino que es y su momento óptimo de evolución no es siempre más allá nos vamos con el tiempo.
- No pienses que por mucho guardar un vino joven este se convertirá en gran reserva… ¡Lo más seguro es que lo conviertas en vinagre!
- Por regla general a un vino le costará hacerse “malo” el doble de lo que le ha costado hacerse”. Por ejemplo, un vino de crianza (que es mínimo un año de envejecimiento en barrica más uno en botella) podemos afinarlo a partir de los 6 años (súmale a su añada dos años de elaboración más su doble que son cuatro).
- Es muy importante tener en cuenta la acidez, el tanino y el grado alcohólico pues estos factores hacen que el vino sea más resistente. Por ejemplo, los vinos fortificados son vinos casi indestructibles al paso del tiempo.
- El factor añada es muy importante. Tanto para llevar el timming del vino como para saber las características de esa añada. Una añada excelente añade longevidad al vino.
- El tamaño importa: no es lo mismo envejecer un vino en formato estándar de 0.75 litros la botella que en formato de medio o mágnum (1.5 litros) ¿Por qué? La merma, que es el más menos un centímetro que hay entre donde acaba el vino y empieza el corcho, es la misma en los tres formatos. Por tanto cuanto más pequeña es el envase, más rápidamente envejece el vino. Así que: ¡bebed rápido las botellas pequeñas y conservad los formatos que contienen más volúmen!
- Los vinos rosados sin paso en madera conviene tomarlos durante el año y comprar y consumir la nueva añada cuando salga como relevo. Igual que los cosecheros y los vinos blancos de añada. Los tintos nos aguantarían un año más mínimo por tener más tanino y grado alcohólico.
- Pensad que en el vino como un amante: a uno de 18 años tendrá potencia pero no experiencia. A un hombre maduro no le puedes pedir muchas posturas extrañas o una noche en blanco pero sabe donde tocar. Los vinos jóvenes son frutales, atrevidos y extrovertidos. ¡Los canosos tienen los taninos más afinados, son más aromáticos y se han redondeado!
