DULCE CORAZÓN
BODEGA INIESTA
DO MANCHUELA
PVP: 6 euros
50 cl.
11%
Una piruleta en la etiqueta es ese foco de deseo infantil que nunca se abandona al envejecer. Teresa Goday cuando se hace mayor al final de la novela de Mirall Trencat necesita más azúcar que nunca. Este Dulce Corazón (sólo) tiene 20 gr/l de azúcar residual. Sin ser empalagoso, este blanco nos recuerda a pétalos de rosas; es alcohólico aunque pase como el agua; untuoso siendo ágil en boca. Porque se puede ser empático, afable y sabroso sin ser agresivo. Un juego de sensaciones para que disfrutemos con cada sorbo.
Juega la liga que le pertoca: la de difundir la cultura del vino con un lenguaje que se entienda. De una manera divertida, fácil, directa, emotiva, formativa y sin complejos. “La pasión va por dentro” dicen las botellas bajo la marca “Corazón loco” y es que en la uva moscatel reside todo el amor del sol. Su mejor árbitro es alguien que no le guste el vino.
Al catarlo este semi-dulce deja fuera de juego. Sin meter goleada es un vino que juega táctico: breve maceración pelicular, fermentación durante quince días con levaduras seleccionadas y parada de fermentación mediante filtro tangencial. Y el postgusto de la sonrisa de Andrés Iniesta, que devuelve a su Fuentealbilla natal toda la energía que sus abuelos pusieron en esas cepas que son parte de su familia. “Hay personas que con un recuerdo tienen para toda la vida” dice uno de los personajes de la Rodoreda y lo que es tierno, bondadoso, deleitoso y suave no tiene fecha de caducidad.
Meritxell Falgueras

