De que hablo cuando hablo de escribir
El año pasado, la lectura de Haruki Murakami “De que hablo cuando hablo de correr” cambió mis hábitos en el deporte, o si, más no, mi manera de proyectarme en el ejercicio. Eres lo que entrenas, y superar la pereza de correr es lo que te hace seguir en pie, esforzándote cada día y haciendo que sea cada vez todo más fácil. Para mí, escribir es una manera de vivir, de entender, de explicar y explicarme como me siento. La mejor excusa para obligarme a practicar lo que percibo con la pituitaria y cómo está mi corazón. Cuando cato no siento el vino en sí, como diría Kant, si no cómo me sienta a mi ese vino. Y es sólo cuando consigo poner las emocionantes sensaciones en concretas percepciones cuando logro captar lo que me gusta de cada vino y poder ejercer mi oficio. Que ya no sé si es más de letras o de vino. El vino se desnuda y se muestra en la copa a su ritmo, y a veces nos muestra un hombro, otras se tapa la boca. A veces nos explica pasado, sobre la viticultura y el terroir; otras nos susurra el futuro de su afinamiento en botella. Cuando juzgo un vino a veces sonrío y otras pinto en palabras lo que veo reflejado en la botella. Y cuando degusto la vida sólo quiero oler el perfume del hombre que amo y solo quiero beber su sabor. Cuando escribo no soy yo, no es él, no es el vino, ni el acto, ni el restaurante, ni lo que me pasa por la cabeza. A veces es sólo una nota volátil de mi ser, del recuerdo de una fragancia, de la salivación de los labios que vas a catar. Cuando redacto estos post no es ni mucho menos un diario experiencial, igual que en la cata de un vino no pretendo encontrar toda la química de su ficha técnica. Son palabras que me ayudan a caminar por el camino del pensamiento y que algunas veces se convierten en artículos, otras en pedazos de espejos rotos, otras en nada, otras en exámenes organolépticos y otras en palabras de amor (que solo tu sabes ver entrelíneas). Y la vida, la que no es ficción, la escribimos con tu mano izquierda y mi derecha. Y contigo el cuento es una realidad que no me cansaré de leer. I hope you don’t mind that I put down in words… How wonderful life is, now you are in (MY) world!