CUANDO SABER SI UN VINO ESTÁ DEFECTUOSO
Muchos cuando aluden que el vino está en mal estado siempre se remiten a la expresión “está picado”. Normalmente esto correspondería a aromas de ácido acético (¡vinagre!). Los vinos que han sufrido una oxidación fuerte son los que llevan días abiertos o que lucen una merma exagerada. He aquí los otros defectos más comunes y su solución:
- El vino huele a tierra, mojada, mineral: es la tipología del vino, si no te gusta no pidas más esta zona o variedad.
- El vino está cerrado, es decir, es poco aromático: si es añejo puede ser que aún esté tímido para expresar los aromas. Tanto tiempo encerrado en la botella (pongamos de 5 a 10 años) le provoca la misma actitud que si a nosotros nos pusieran en un zulo por unas horas, en la oscuridad y con la misma postura. ¿Verdad que la primera cosa que haríamos es estirar músculos, adaptar las pupilas a la luz? El vino criado con una reducción de oxigeno es normal que al principio esté tímido. Ya veremos luego cómo darle un respiro mediante la decantación.
- El vino huele a corcho: es el defecto más usual y a muchos se le pasa desapercibido porque no saben si es problema de reducción o que tiene esta famosa enfermedad llamada TCA (tricloroanisol). No voy a entrar en que si es culpa del corcho o de una molécula que puede estar en la bodega, esto es para un nivel más avanzado. Lo que sí me importa es que lo podamos identificar. Y el truco está en decantarlo. Normalmente con la aireación el corcho, si tiene, se nota más. En boca suele ser muy plano, es decir, a perdido su expresividad.