Crónicas desde San Francisco
Artículo de Meritxell Falgueras publicado en el blog Tinta de Calamar (Cadena SER)
“El invierno más frío de mi vida ha sido un verano en San Francisco”, dijo Mark Twain. Me ha vuelto a pasar: nunca me acuerdo de que hace tanto frío en la ciudad por la noche. Solo pienso en los días soleados en Sonoma, olvidándome de los turistas del vino en Napa Valley. Turismo, que es enoturismo con nivel, productos naturales y todo sin las colas de Disneyland.

¿Y qué hay de nuevo en la capital gastronómica californiana? Dos restaurantes que significan lo mismo: membrillo. Cotogna (el restaurante más decontraté italiano) y Quince (el estrellado francés) firmados por el cocinero amante del huerto que cocina a ritmo de temporada.
¿Y quién me lleva? Un amigo (chef) que ha trabajado con conocidos comunes como Josep Roca, Ramon Freixa o Carles Gaig. Mi amigo es Daniel Brooks, cocinero creativo y artista en los medios visuales de la gastronomía que habla americano con estilo europeo.
Sobre vinos, no está todo escrito. He ido a entrevistar en sus respectivas bodegas a dos grandes personajes del sector. A una que le viene de casta y a otro que le va de cine. A Marimar Torres se la conoce realmente si la vas a ver a Russian River Valley, me decían los empleados de Torres. Risueña, con botas y pantalones cortos, explicando las recetas de su libro sobre cocina española. Allí Marimar no tiene apellido sino nombre propio.
Me lleva a comer a Il Garage, en Sausalito, al día siguiente de verla en la bodega con sus perros, Bonita y Linda, los protagonistas de su blog. Y sin ir a Los Ángeles me encuentro en una bodega con unos vinos de película: Kamen State.
Estamos con variedades bodelesas con un terroir de una magnificiencia estupenda. Con un largo final que ya anunciaba el cuerpo potente y los sedosos taninos. “I will look for you, I will find you, and I will kill you” [te buscaré, te encontraré y te mataré]. Lo leo en la pared del bar de vinos en el centro de Sonoma. El dueño es el guionista de películas como Karate Kid, Un paseo por la nubes o Taken, y próximamente vendimiara otra película en la que no habrá tiros pero sí de una batalla vinícola… y hasta aquí puedo leer. Lo que ha unido el vino, que no lo separe la vida.
*fuente foto: Flickr – Rob Warde

