Las leyendas urbanas tienen eso, son mitos que no se han demostrado, que son mentira pero que la gente cree. La cucharita, es un gran ejemplo. ¡Hasta he visto casas de utensilios de vino profesionales que la imitan! Pero la verdad es que la cuchara en el cuello de la botella de espumoso abierto no hace prácticamente nada. Digo eso, porque si es de acero inoxidable aún funcionaria mínimamente como catalizador de temperatura y con el frío hay menos desprendimiento de carbónico. A parte de eso, lo otro es psicológico. Lo mejor es un tapón de espumoso o simplemente: acabarlo para desayunar! (O comprar una medida inferior)
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