Comidas estrella con sus parejas de baile
Llegan nuestros invitados ¿qué les damos solo sacarles el abrigo? Un cava rosado brut o un champagne joven son una buena manera de empezar la celebración y sus alegres burbujas nos ayudaran a abrir el estómago. Hay también la moda de empezar con un cóctel tipo cosmopolitan, para ver la vida de color de rosa con unos snaks. Después para el marisco necesitaremos un vino blanco con una buena acidez y un aroma fresco y floral. Las denominaciones de origen Rías Baixas, Rueda y Penedès serán imprescindibles para los frutos del mar. Si hay algún plato de pasta agradeceremos un blanco con crianza en lías o fermentado en madera, aunque siempre depende mucho de la salsa con la que se acompañe, por ello un buen rosado de garnacha, merlot o cabernet sauvignon también puede ser una buena solución. Para las sopas son muy agradables los tintos de maceración carbónica que le dan el contrapunto de fruta roja, vitalidad y frescor al caldo. Por mucho que nos gusten los tintos con más reserva para las fiestas, si escogemos dar un toque internacional al menú, recordad que los tintos con madera son amargos, y tánicos y con comida delicadas como el sushi o muy especiadas restarán placer en vez de sumar. El cordero sabrá mejor que nunca si lo sabemos combinar con un buen tempranillo de medio cuerpo. Los postres, si es que llegamos, irían con un espumoso dulce. Para que los que están cansados del alcohol el Moscato será un buen aliado, con un carbónico suave y menos de 5%. Los polvorones y las tartas piden una bebida con un carbónico más protagonista para limpiarnos el paladar. A los turrones les hace falta que tengamos a punto el minibar con nuestra copa de conversación preferida: un cognac, un brandy o un licor de hierbas tradicional como la ratafia. Por si acaso hará falta una buena selección de ginebras porque parece que el gin-tónic sigue siendo la bebida preferida para hacer una buena digestión. Pensad el menú como un todo, vinos inclusive. No improviséis con cualquier vino que os sobre porque una mala elección os puede amargar la fiesta.