Cita (medio) a ciegas con los mitos del vino y su sensualidad
- Jugar al amor cuando uno esta ebrio es una usanza casi tan antigua como el mismo vino. Los “Octavos”, juegos originarios de la Grecia Magna, eran ritos erótico-dionisíacos que consistían en beber tantas copas de vino como letras formaban el nombre de la amada ¡Así que si os enamoráis de un Cresenciano os tocará beber bastante!
- Recordad pero que emborracharse no es lo mejor para la líbido… Tan sólo hasta ese punto que hace que te brillen los ojos al mirar a la otra persona.
- Queda muy estético llenar a bañera con vino pero recordad que el alcohol pica en según que partes.
- Un menú afrodisíaco basado en marisco y vino blanco, por ejemplo puede ser muy alentador. Buscad las variedades con buena acidez y con aromas más florales. Y no escatiméis en la comida, ¡que una cosa llama a la otra!
- Con el chocolate los mejores vinos son los dulces, ya que pecamos lo hacemos con todo el gusto.
- Todos tenemos en mente esa escena de Pretty Woman donde toman espumoso con fresas, y es verdad que intensifica su sabor y las burbujas siempre dan alegría de vivir.
- El primero en maridar “les plaisirs de la bouche” fue Giacomo Casanova maridando sus conquistas dependiendo la mujer que quería seducir. Es decir que según vuestra cita elegid qué vino le puede sorprender y gustar. Por ejemplo, dependiendo la zona que le ha visto nacer o el sitio que le gusta ir en vacaciones. ¡Imaginación al poder!
- Y de las aplicaciones más modernas nos remontamos a la historia para desmitificar. En la Antigua Roma se creía que el vino era cosa de hombres, prohibido para las mujeres. Pues se creía que la mujer carecía de virtud y si se la dejaba beber le gustaría demasiado la sensación de embriaguez y no podría detener sus impulsos más oscuros. Por esto mismo Catón, en el siglo I a.C., afirmaba “Si encuentras a tu mujer bebiendo vino, no dudes en atravesarla con una espada” porque creía que un mujer ebria era fácil presa de la infidelidad. Muy machistas todos los romanos y muy aplicable también a los hombres… ¡Aunque es mejor hablar de personas que igual que cada botella son un mundo!
- Y sobre mitos… ¡la mitología del Dios del vino! Pensemos en la publicidad, en cómo los anuncios de alcoholes siempre aluden al mito primigenio de Dionisio donde la noche, el vino y la música acercan a las mujeres y los hombres.
Una cita con un buen vino da pie a hablar de amor, y tal vez a tomar una última copa, aunque esta ya será en otro ámbito. El vino forma parte, junto al amor, de las delicias de la vida y por ello si la podemos degustar en persona y no a través de un teléfono o de un ordenador, tocarla y degustarla, sabe muchísimo mejor. ¡Por mucho que nos expliquen un vino o una persona no hay nada mejor como la experiencia sentida que no se puede traducir de ninguna manera!
¿Qué vino te pongo para tu próxima cita?
https://www.vivino.com