Celeste 2015
Hoy viajamos con Celeste 2015 al cielo estrellado de Castilla. Hay pocos cielos que se pueda equiparar al de la meseta castellana. Te presento un vino de Ribera del Duero que te hace soñar en una noche clara a través de los sentidos.

Hay vinos que no tienen costuras: sientan bien, combinan con todo y son cómodos de beber. Y si además tienen el sello de garantía de la DO Ribera del Duero, entonces sabes que estás ante una pequeña joya.
Notas de cata
Celeste 2015 es un vino que seduce ya en la copa con su brillante color cereza picota y sus hermosos reflejos granates.
La crianza de este tinto le aporta un something more a ese monovarietal de tempranillo sin quitarle el protagonismo a fruta roja madura y a sus notas especiadas de pimienta. El toque de vainilla del roble francés le da elegancia y su paso por roble americano esa golosidad.

Un vino de Peñafiel
Las noches estrelladas y frías de la meseta y que esté plantado a 900 metros sobre el nivel del mar le aportan una madurez pelicular única que se traduce en ricas ciruelas al mover la copa.
Este vino que nace en el Pago del Cielo en Campo de Peñafiel (Valladolid) y firmado por el enólogo Juan Ramón García dará luz en este período prenatalicio donde los días se van acortando.
Celeste 2015 es uno de esos vinos que te apetece abrir un día entre semana, porque te lo mereces, porque te arreglan el día o porque no hay mejor clausura que cerrar los ojos y que se aparezcan las constelaciones del cielo estrellado.
Como decía Pablo Neruda en su Oda al Vino
“vino color de día,
Pablo Neruda
suave como un desordenado terciopelo”
CELESTE 2015
DO Ribera del Duero
Monovarietal de tempranillo
17 euros

