AQUELLOS MARAVILLOSOS AÑOS…
“¿Qué harías si cantara fuera de tono?” es como empieza la versión de Joe Cocker de la canción de los Beattles de la mítica serie. ¡Cuánta melancolía al recordar aquellos maravillosos años! Cuando las bodegas te invitaban a viajes, cuando las distribuidoras hacían catas por doquier, cuando después de una roda de prensa te daban obsequios, o cuando invitaban a los sumilleres a maridar los vinos en los mejores restaurantes de la ciudad. El cinturón se está apretando, está claro que todos nos hemos tenido que adelgazar para poder entrar en un vestido más estrecho. Con la crisis se acabó el malgasto, pero atención, no se puede parar el gasto. Para muchos, la publicidad es donde primero han empezado a cortar el grifo. Y es verdad, las relaciones públicas y las campañas son grandes gastos que no aportan beneficio directo e immediato. Pero cuidadín, sí a largo plazo como imagen de marca y claro que tiene beneficios el dejarse ver, el estar en todos los sitios, en ser un referente. Si no preguntenlo a Moët, que continua estando de sponsor en todo ahora con la guapa de la Scarlet Johanson. Esto es un extremo que solo unos pocos se pueden permitir, pero que los hay que aún pueden pero ya no quieren. Está claro que si se despide a un 30% de la plantilla no se va a gastar dinero en una fiesta de promoción. Estamos en un momento crítico y todas las alertas son pocas. Pero recordemos que algún día está crisis se acabará y la marca continuará, con un rostro más o menos maquillado, pero que cuidarse hoy es estar mejor en el futuro. No soy economista y no sé como se encuentra el balance justo, pero se tal vez ni hacia falta tanto como antes (los sumilleres y periodistas no son aristócratas que necesitan mil lujos) pero tampoco este “ratismo” de información y de poca promoción de los productos. Ahora sí, recuerdo esos maravillosos años en el que el mundo del vino era glamour y no había crisis, sólo expansión, proyectos innovadores, fiestas, copas, luces y acción. La canción acaba con “Mmm, I’m gonna try with a little help from my friends” (mmmm lo intentaré con un poco de ayuda de mis amigos) y es verdad que aquí, si nos tenemos que poner todos las pilas y más los sumilleres, que siempre nos han mimado con mil regalos las bodegas, ahora que no pueden gastar tanto en comunicar, que les echemos una mano. “¿Te levantarías y me dejarías solo?” continuaba la melodía. Al final todos estamos en el mismo saco y uno más uno, algunas veces pueden dar tres o cuatro.
Meritxell Falgueras para MERCADOS DEL VINO Y LA DISTRIBUCIÓN