A tres metros sobre el cielo
Federico Moccia
Planeta Internacional
No quería leérmelo, pero olvidé mi otro libro en la mesilla. A veces, me gusta olvidarme mis buenos libros para comprarme los que nunca me leería si no fuera por desesperación. Un par de vuelos sin un libro era grave. Así que allí me estaba esperando, en el aeropuerto. Me gustaba el título “Ho voglia di te”, pero antes tendría que leerme la primera parte. Leer algo sobre amor y Roma no podía ser tan malo. Y no lo fue, en absoluto. No analicé como estaba escrito ni para que franja de edad era. Sólo lo leí y recordé lo que sentí con quince años. Las locuras, los complejos, las cosas que odiaba, las que admiraba. Mis “nunca” haré y mis “siempre” te querré. Mis fantasías, mis errores, mi ingenua valentía… Las trolas a los seguretas de Jimiz diciendo que no tenía el carnet porque era federada y lo tenía el entrenador de voleibol. Mis dilemas sobre que camiseta ponerme con el eterno Levi’s 501. Los San Francisco en Área Beethoven. Las vueltas que daba la pista cuando llegaban las lentas. La primera rosa de Sant Jordi que no fuera de mi abuela.Las canciones que significaban cosas. La agenda con la lista de rollos. Esas tardes pegadas a una boca que olía a chicle boomer. El diario de nuestras 100 primeras citas. Pasarte una tarde sólo besándote y pasar meses sin que pasara nada más.
Un comentario
Meri
Moltíssimes gràcies pels teus comentaris! Serà un plaer!